La ciudad de la luz vuelve a ponerse a los pies del genial impresionista, en una exposición que se inaugura hoy en el Grand Palais de Paris. Y es que la capital francesa rinde homenaje a Monet, con la mayor retrospectiva de su obra.
Con esta exposición se esperan batir todos los records de asistencia, puesto que ya se han vendido más de 90.000 entradas a través de internet, antes de su inauguración. Y es que el impresionista más puro y fiel regresa a Paris después de 30 años desde la última muestra.
Ahora, los parisinos intentan reparar el trato que en otros tiempos se dispensó al artista francés, a veces relegado al más absurdo ostracismo y condenado por las modas de otras fechas.
Las 170 obras que integran la muestra se desdoblan en varios caminos, en torno al año 1890, cuando el padre de los impresionistas adquiere la casa de Giverny y acaba estableciéndose definitivamente frente a su estanque de nenúfares; motivo que ocupará sus lienzos de manera recurrente hasta el final de sus días.
El pintor de la luz era un artista testarudo y obsesivo, en su intento por capturar las más mínimas variaciones en un mismo tema. Así podía plasmar una y otra vez el mismo motivo sólo con el fin de obtener un movimiento diferente o un cambio de iluminación que sólo él era capaz de detectar posteriormente.
Con la retrospectiva, los organizadores pretenden batir el record conseguido hace dos años con la exposición de Picasso, en la que se registraron más de 800.000 visitas. A fin de agilizar el paso de los interesados, el museo por primera vez en su historia abrirá todos los días.