Si una piensa en la Cité Episcopale d´Albi son muchas las cosas que se vienen a la cabeza. Sin duda esta ciudad, conocida como la Villa Roja y que la Unesco integró dentro del Patrimonio de la Humanidad, posee atractivos más que suficientes como para deslumbrar y encantar al viajero más experimentado.
Una infalible mezcla de historia, arquitectura, herejía cátara, poderío católico… todo ello magníficamente conservado a través del paso de los años. Al margen de ello, resulta difícil referirse a la bella ciudad del Tarn sin nombrar a uno de sus hijos más ilustres, el pintor de la vida nocturna de París, Henri Toulouse Lautrec.
En definitiva, que si estás en Albi tienes que visitar el Palacio de la Berbie, Santa Cecilia o el Puente Viejo; incluso degustar unas ostras en uno de tantos puestos callejeros o perderte por alguna braderie… Pero no sólo de cultura vivimos.
Mis amigos franceses me llevaron el otro día a un restaurante muy conocido de esta ciudad y mi amor por Tolouse Lautrec casi queda enterrado bajo un suculento entrecôte de 400 gramos de hermosísima carne roja, fresca y en su punto exacto de cocción.
Nunca pensé que una de mis primeras salidas a comer en una de las cunas de la gastronomía mundial fuese a un restaurante asador norteamericano; pero allí estaba yo, creyendo que me enfrentaría a uno de esos trozos de una no sabe muy bien qué tipo de carne, requemada y untosa, con almidones y conservantes.
Pues estaba equivocada. Visité el Grill Saloon, en el 59 de la rue Croix Verte y muy cerquita de la Place du Vigan; en pleno centro de la villa. Decoración Tex-Mex y un pedazo de asador de leña… ¡inmenso! Claro que las carnes son de vacas francesas, es la diferencia.
De hecho ese es otro de los alicientes del local, que tú mismo podrás ver cómo cocinan los alimentos que has elegido: Canard, T-bones, Ribs de cerdo… y esos entrecots que quitan el sueño. Ay, madre, qué buenísimo, qué tierno, qué sabroso, qué jugoso, qué delicia… Por cierto, hablan español. Salut y Bon apetit!