La Venus de Milo

¿Quién eres? Dama grandiosa, griega altiva, helena colosal… Muda escultura en medio de la observación a que es sometida por tantos millones de turistas curiosos, que se pierden tal vez la única ocasión que tengan en sus vidas de mirarla a los ojos, por contemplarla, sin embargo, a través del objetivo de la cámara de fotos.

Mortales del mundo contemporáneo, recordad que esta diosa marmórea de clásico porte, figura en todas y cada una de las enciclopedias de arte que el hombre lleva actualizando, desde que fue descubierta allá por 1820, tan callada como ahora, guardandole el secreto a su creador… o creadora, ¿por qué no, qué diría Hipatia si ni siquiera concediésemos el beneficio de la duda hacia una mujer escultora, por lo menos a través de una obra que no quiere de ninguna de las maneras revelar su autoría?

Paparazzi

Pues eso, que su foto ya está tomada, grabada, reproducida, proyectada… hasta la saciedad. Sus datos, los medibles y los inconmensurables, porque hasta en lo más enigmático se ha especulado, como era de prever, llenan tratados de Arte. Que si es de Aleixandros, de Agesandros o de Scopas. Que si los brazos sujetaban una manzana o se agarraban los paños. Que si nunca tuvo brazos o los escondieron los turcos. Hasta que si es una obra de arte o una pieza de arte menor…

Que mide más de dos metros, que representa a Afrodita, que es la escultura en mármol más famosa del helenismo escultórico, que están en el Louvre, por supuesto, que está tallada en fragmentos, que la calidad de los paños y la ondulación de movimientos resultan fascinantes… ¡Datos, datos y más datos! Casi todo está dicho sobre ella.

Pero tú, viajero, que respiras en el sagrado espacio en que la diosa se encuentra, mira hacia arriba y saluda con honores a la Venus de Milo y que Afrodita te proteja.

Fotografías de fmpgoh, zh1yong, Antonis Lamnatos, Pepius, Peter Rivera y jivedanson.
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