Nos encontramos en la Semana del Orgullo Gay. Importantes ciudades de todo el mundo, desde Sao Paolo a San Francisco, de Lisboa a Berlín, de Londres a Panamá, de Chicago a Bogotá, de Barcelona a San Petersburgo, de Roma a D.F…
Las principales avenidas del planeta se visten estos días de alegría y color, con miles de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales que enarbolan la bandera del arcoíris para pedir tolerancia y respeto y para mostrar al mundo que son visibles y que no solicitan nada que no sea por naturaleza un derecho propio de cada ser humano.
Y lo hacen como saben, derrochando imaginación, buen humor y -como no podía ser de otra manera- reivindicación. Así ha sido en la impresionante Gay Parade de New York que, después de casi 45 años de los sucesos de Stonewall, han visto como el estado aprobaba el matrimonio homosexual.
Por contra, la manifestación de Paris (Francia) ha servido para que miles de personas tomaran las calles en protesta por la decisión de la Asamblea del país, de mayoría conservadora, que votó en contra de una propuesta de los socialistas galos a favor de legalizar las uniones entre personas del mismo sexo.
El país de la Revolución, de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ser Humano, que proclama la “Igualdad” en el lema del escudo de su bandera, se ha pasado esos principios por el “arco del triunfo”.
También en Madrid, donde se celebra la mayor Marcha del Orgullo Gay de Europa, la más multitudinaria y con una importante historia de lucha y reivindicación a sus espaldas, el colectivo LGBT ha tenido problemas.
Chueca, el emblemático barrio gay de la capital española, centro neurálgico del movimiento homosexual de España y uno de los más importantes de Europa ha visto cómo la concejala de Medio Ambiente de Madrid ha querido impedir que miles de personas celebren su fiesta grande alegando que la concentración era muy ruidosa para el descanso de los vecinos de la zona.
La polémica concejala de derechas, esposa del ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, lleva años protagonizando distintas polémicas con el movimiento LGBT como telón de fondo. La teniente alcalde del Partido Popular se hizo famosa por sus declaraciones en contra del matrimonio homosexual, afirmando que no se podían juntar peras con manzanas.
En esta ocasión, como en tantas otras, el colectivo LGBT ha dado muestras de su capacidad de diálogo y su talento para buscar soluciones y gracias a ello han encontrado la forma de continuar con la fiesta: Conciertos silenciosos. Este año, los asistentes a las Fiestas del Orgullo Gay en Chueca, podrán seguir las actuaciones musicales a través de auriculares conectados a sus teléfonos móviles. Así que veremos a la gente bailar “en silencio”, aunque no sabemos si la concejala prohibirá los conciertos y el ruido en las muchísimas fiestas y verbenas que se celebran en las calles y barrios de Madrid.
MARIA junio 28, 2011 a las 7:18 am
yo me uno a toda protesta que sea para el bien del ser humano,
Respondercon todo lo que ello implique y porque es de reconozer que todos somos iguales.
ya va siendo hora de que no se tenga que protestar por ello ,
DarR junio 29, 2011 a las 3:48 pm
Estoy completamente de acuerdo contigo, María. Parece mentira que nos llamemos modernos y civilizados y sigamos separando a otras personas porque las consideramos diferentes; resulta imperdonable.
ResponderSaludos