Las fuerzas armadas han bombardeado distintos barrios de Tripoli, con la intención de hacer callar las protestas de los opositores del dirigente de Libia, Muammar al-Gaddafi, quien lidera el país desde hace 42 años.
Según las últimas cifras, los bombardeos de la aviación libia se han cobrado la vida de casi 250 personas y las calles aparecen cubiertas de cadáveres y personas heridas. La propia Agencia EFE ha difundido que continúan los tiroteos con artillería pesada, mientras la comunidad internacional con la ONU y la Unión Europea encabezando las peticiones, solicita el fin de la violencia contra los manifestantes, a quien el régimen ha tildado de “terroristas”.
Por su parte, EE.UU. ha empezado a evacuar a todo el personal no considerado “esencial” en el país, entre ellos empresarios, funcionarios y trabajadores de empresas petrolíferas. Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España a instado a sus ciudadanos a abandonar el país, al tiempo que desaconseja cualquier tipo de desplazamiento a Libia.
La contundencia de los ataques de los aviones y helicópteros del ejército libio han hecho que el Ministro de Justicia libio, Mustafá Abul Jalil, haya presentado su dimisión esta misma tarde por estar en desacuerdo con la represión contra los manifestantes. Por otro lado, miembros del ejército que se negaron a bombardear a los civiles han huido del país, pidiendo asilo en Malta.
Esta tarde se extendió el rumor de que el coronel Gadafi se había refugiado en Venezuela. Sin embargo, fuentes de Tripoli se apresuraban a desmentir dicha información. Al tiempo, el hijo de Gadafi amenazaba con una guerra civil si los manifestantes no deponían su actitud.
El caldero árabe no para de bullir y las acciones son cada vez más extremas.
Fotografías de US NavY, Hibr y mesay.com.
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