El Muro de las Lamentaciones, también conocido como el Muro Occidental o el Kotel, es el lugar más sagrado para el pueblo judío en todo el mundo. Ubicado en la ciudad vieja de Jerusalén, Israel, este sitio histórico es lo que queda del muro de contención del Templo de Jerusalén, el primer templo de la fe judía. Este muro ha sido un lugar de peregrinación y lamento durante siglos, ya que los judíos acuden allí para lamentar la pérdida de su templo sagrado.

Las rocas más bajas de esta muralla, llamadas ashlars, son un vestigio del Segundo Templo, construido por Herodes el Grande. Estas rocas están tan perfectamente talladas que se colocaron unas sobre otras sin necesidad de utilizar mortero o ningún material adhesivo. En la sección de las plegarias, es común ver pequeños trozos de papel con oraciones enrolladas y colocadas entre las grietas de las rocas. Además, es posible observar a judíos ortodoxos y otros fieles recitando el libro completo de los Salmos.

El Muro de las Lamentaciones es un destino turístico popular y está abierto a visitantes de todas las religiones y creencias. Los hombres deben usar un sombrero o gorro, o tomar uno de los cobertores de cabeza disponibles en la entrada de la zona de oración. Las mujeres también pueden tomar los chales y cobertores para las piernas. Esta sección está dividida por géneros, preservando así las tradiciones judías ortodoxas.

Adyacente a la zona de oración para mujeres, se puede ver una parte del muro compuesta por rocas más pequeñas, las cuales pertenecían originalmente a la puerta que llevaba al Monte del Templo. Al sur, se pueden observar fragmentos de roca sobresaliendo de la muralla, que formaban parte de una escalera con arcos ubicada sobre la calle del mercado. La plaza frente al muro sirve como una gran sinagoga al aire libre, donde miles de fieles se reúnen diariamente, y en ocasiones especiales se llevan a cabo servicios religiosos.

El Templo de Jerusalén fue el centro espiritual y político del pueblo judío durante siglos. Su destrucción en el año 70 d.C. por las tropas romanas marcó el inicio de la Diáspora judía. Desde entonces, el Muro de las Lamentaciones se ha convertido en un símbolo de la perseverancia y la fe del pueblo judío. Los fieles acuden a este lugar para orar y pedir por la reconstrucción del Santo Templo.

Es costumbre entre los visitantes del Muro de las Lamentaciones tocar las rocas con sus manos y rezar en silencio. Muchos escriben sus oraciones en trozos de papel y los colocan en las grietas entre las rocas. Esta práctica se basa en la creencia de que este muro es un lugar sagrado donde las oraciones son escuchadas directamente por Dios.

El Muro de las Lamentaciones ha sido objeto de numerosos esfuerzos de conservación y restauración a lo largo de los años. Además, se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas en el área circundante para descubrir más sobre la historia del Templo de Jerusalén y la ciudad antigua. Estos esfuerzos han permitido a los investigadores y al público en general aprender más sobre el rico patrimonio cultural y religioso de este lugar sagrado.

Fotografías de Golasso, Laika slips the lead, infliv, ProtoplasmaKid.