La tradición anglosajona es muy particular en su forma de celebrar las fiestas de Navidad, muy especialmente apegadas a las costumbres religiosas. Sin embargo, algunas de las manifestaciones elegidas para estos días, en los que villancicos, cantos y misas son la tónica habitual, resultan realmente curiosas.
Al margen del encendido de una vela en la ventana principal de la casa, durante la comida de Navidad y que sólo puede ser apagada por un miembro de la familia que se llame Mary, algunas costumbres se rodean de un aire festivo y divertido, como es el caso de los actos en torno al día de St. Stephen y el Boxing Day.
En los días anteriores y posteriores a estas celebraciones, que tienen lugar entre el 26 y el 31 de diciembre, es cuando se llevan a cabo la mayor de las acciones lúdicas del período navideño. Con especial tradición en las localizaciones irlandesas, si bien también se encuentran en Escocia, Reino Unido y en algunos lugares de América del Norte.
De significación especial es el Wren Boy’s Day, cuando los muchachos se visten de manera estrafalaria y salen a la calle a armar algarabía y a tomar unas cervezas. Aunque cada vez menos extendida, la fiesta no obstante tiene una particular incidencia en los condados irlandeses de Cork y Kerry.
La segunda gran tradición es el Mummers Day, una especie de desfile con mascarada, que tiene lugar por las principales avenidas. Algo parecido a las cabalgatas de Navidad, pero con originales representaciones a cargo de actores profesionales y de aficionados. Disfrazados improvisan piezas que no han sido escritas (Mummers Plays) y cuyo origen se remonta hasta la Edad Media.
De nuevo Irlanda es el país en que más repercusión adquiere el Mummers Day, si bien en otros lugares del Reino Unido y Norteamérica, la celebración tiene lugar también en otras fechas del año.