Las palabras “acantilados” e “Irlanda” parecen ir unidas a poco que seamos un pelín viajeros y soñadores. Si a ello añadimos un tercer vocablo, en este caso “cerveza”, la reunión no puede ser más perfecta.
Cientos de películas nos han devuelto la imagen de una Irlanda peculiar, autóctona, agreste, convulsa y llena de camaradería. Desde “El hombre tranquilo”, con la inolvidable pareja formada por John Wayne y Maureen O’Hara, hasta la laureada “El viento que agita la cebada”, las ráfagas fílmicas nos han descubierto las muchas caras de un país realmente atractivo y cargado de historia.
Esa visión poliédrica bien podría quedar sintetizada por la espectacular panorámica que podemos descubrir desde uno de los acantilados más altos de Europa: Slieve League.
Se alzan majestuosos e imponentes sobre un Atlántico presto al furioso oleaje y a una belleza fría y conmovedora, propia de una naturaleza indómita y extrema. Con 600 metros de caída libre, Slieve League comparte el honor de pertenecer al grupo de acantilados más elevados del viejo continente, junto a Preikestolen (Noruega), Cabo Enniberg (Vidoy) y Vixía de Herbeira (España).
Slieve League se encuentra situado en el Condado de Dónegal, un lugar muy adecuado si quieres empaparte de música tradicional irlandesa y escuchar auténtico gaélico. La zona se ha convertido en un destino de turistas deseosos de contemplar las mejores vistas de Irlanda.
Se apuesta por una serie de rutas de senderismo, que resultan muchísimo más seguras durante la estación veraniega, debido a la climatología extrema de los inviernos de la región. Recomendamos a los senderistas que echen en sus mochilas algo para comer y disfruten de las mejores estampas irlandesas, al contemplar el espectáculo desde una de las mesitas de madera instaladas a lo largo del acantilado.