El Soho es el principal barrio gay de Londres, un lugar cuajado de historia (que se remonta a la época en que era una pradera real al servicio de Enrique VIII) y que en otras épocas fue relegado a suburbio en el que condenar al ostracismo a prostitutas, borrachos y los llamados “gentes de mal vivir”.
Renacido de entre sus cenizas, el centro del West End londinense fue convirtiéndose en lugar de bohemios, escritores y artistas a partir de la segunda mitad del siglo XX. Fue entonces cuando los pubs fueron proliferando en la zona.
En la actualidad continúan manteniendo parte de esa fama pseudomarginal que siempre le caracterizó, si bien ahora también es morada de grandes fortunas. A pesar de todo, el Soho mantiene su posición en cuanto al liderazgo de heterogeneidad, multiculturalidad e interracialidad que le dotan de encanto, fusión y diversidad.
Desde el Chinatown hasta los teatros del West End, de los mercados de flores a los artistas callejeros, de los pubs tradicionales a los carísimos restaurantes de lujo… todo se armoniza en una zona en la que el público LGBT ha encontrado también su espacio.
Pubs, discotecas, restaurantes y una especial aceptación, en una ciudad famosa por su tolerancia y por garantizar derechos civiles, hacia el cliente homosexual hacen que las calles expresen un singular colorido en un país en el que el movimiento reivindicativo gay inició grandes batallas y conquistó importantes éxitos para el resto del planeta.
Y allí está situado el Admiral Duncan, un pubs con abolengo y desgraciadamente famoso debido a la intolerancia que aún perdura en muchas mentes exiguas. En 1999 un neonazi hizo explosionar una bomba cargada de metralla que hirió a más de 30 personas y asesinó a otras tres (dos de ellas heterosexuales).
Afortunadamente esa no es la tónica habitual en las calles de Londres y seas o no homosexual, lesbiana, transexual, bisexual o hetero no podemos dejar de recomendar el perderse unos cuantos días por sus calles, si te acercas a la capital británica.