Los Monasterios del Cielo

Monasterio de San Nicolás

Grecia está pasando un mal momento, a la crisis económica que azota a todo el mundo se le ha sumado su enorme deuda que alcanza ya el 143% de su Producto Interior Bruto. La Unión Europea ha salido al rescate de su socio comunitario, pero las medidas adoptadas no han sido suficientes y ahora se baraja un nuevo proceso de ayuda.

Las cosas no van bien para Grecia, un país mítico con una historia abrumadora y que le ha servido el título de cuna de la civilización occidental. No es para menos y seguro que, tarde o temprano, los griegos, antaño bravos guerreros y delicados artistas, sabran conjugar sus dotes para salir de la situación.

Nosotros desde aquí les mostraremos nuestro apoyo aprovechando para echar una ojeada a uno de los paisajes más increíbles de la historia de la arquitectura. Se trata del que configuran los Monasterios de Meteora, los restos de lo que otrora fuera una de las mayores comunidades de monjes y religiosos, quienes decidieron aislarse de las distracciones terrenales y para ello edificaron sus monasterios sobre las cumbres escarpadas de un antiquísimo macizo sobre las llanuras de Tesalia.

Panorámica de las cimas de Meteora

Actualmente sólo están en uso 6 monasterios, uno de monjas y cinco de religiosos. No obstante, en la época de máximo esplendor llegaron a ser 24 los monasterios, cada uno de ellos encaramado a un pico de hasta 630 metros sobre el nivel del mar.

El conjunto es Patrimonio de la Humanidad desde 1988, si bien la mayor parte fue arrasada durante la II Guerra Mundial, cuando los alemanes bombardearon la zona en la que se refugiaban los miembros de la resistencia griega.

El nombre de Monasterios de Meteora les viene del lugar en el que se ubican y al que aquellos devotos presumieron como “rocas enviadas del cielo” o lo que es lo mismo: meteoros. Allí decidieron exiliarse los primeros ermitaños, a habitar en cuevas y llevar vidas de anacoretas. Si eso empezó a suceder sobre el siglo IX, fue en el XV su época de mayor gloria.

Viajar a Grecia en estos momentos puede ser una buena manera de ayudar a sus gentes y además tendremos el privilegio de conocer pedazos de una historia única, como esta.