Aquitania es una de las 27 regiones de Francia y está en la parte suroccidental del país, justo al lado de la frontera con España, siendo el departamento de Dordogne parte de ella. Este sitio se ha reconocido por sus cuevas Lascaux, que tienen unas pinturas arcaicas, pero tiene un gran patrimonio tanto histórico como natural, siendo un excelente destino para visitar.
Justo al lado de las famosas cuevas está la ciudad de Montignac, en las orillas del río Vézère, que es muy pintoresca y mezcla precisamente las edificaciones históricas con la parte natural. Cuando llegas, lo primero que te llamará la atención será el hermoso puente de piedra que está sobre el río, así como las fachadas de las casas que están en sus orillas, teniendo unos bellos Balcones.
Lo primero que puedes hacer al llegar a esta población es dirigirte hacia la Oficina de Turismo, que está en la parte más histórica y en donde puedes obtener un mapa en donde están los atractivos más importantes de ella. Si vas a combinar el viaje hasta allí con la visita a las cuevas, allí mismo puedes comprar los tiquetes y así tienes listo el itinerario.
Antes de irte de esta oficina de Montignac, te recomiendo echarle un vistazo porque allí solía quedar el histórico hospital de St. Jean l’Evangeliste. Luego puedes seguir al edificio que está justo enfrente que es conocido como el Monasterio de San Jorge, pero que en la actualidad tiene un mercado interior dedicado a las artesanías y en donde puedes comprar algunos recuerdos para llevar de vuelta a casa.
En la ciudad tampoco te puedes perder una visita a la calle Rue de la Pègerie, en donde hay varias casas del siglo catorce, el Convento de las Clarisas que fue hecho en el dieciocho, las vistas de las casas que están junto al río, las varias edificaciones que tienen y conservan sus marcos de madera, y el Chateau de Montignac, que aunque está en ruinas aún mantiene su encanto histórico.
Fotografías de AiresAlmeida, Père Igor, Jebulon.