La ciudad de Angers está en el occidente de Francia, a unos trescientos kilómetros de París, y es considerada una de las más culturales de esta parte del país, con construcciones que son sus mayores atractivos. Entre estos sitios te recomiendo ir a asombrarte con la belleza del Château d’Angers, que es un excelente lugar para ir a tomar fotografías y darte un paseo por la Francia de siglos atrás.
Este castillo, que tiene un estilo típico de valle de Loire, en el departamento francés de Maine-et-Loire, fue fundado durante el siglo noveno por los Condes de Anjou y después de una serie de expansiones y renovaciones, quedó como lo puedes ver durante el siglo decimotercero. A pesar de que perteneció a los duques, fue siglos después cuando pasó a manos del rey Luis IX o San Luis de Francia, marcando así la frontera de su reino.
El Château d’Angers es uno de los castillos medievales mejor conservados de toda Francia y hasta el día de hoy mantiene ese ambiente y estilo que lo ha llenado a través del tiempo. Además de ser un castillo, esta edificación también ha sido usada como una fortaleza para la defensa, como un sitio de vivienda para soldados y obviamente como una residencia para la realeza.
Este castillo está sobre un risco de roca mirando hacia el río Maine, y cubre una circunferencia de unos seiscientos metros, que están protegidos por diecisiete inmensas torres y sus murallas que tienen unos 25.000 metros cuadrados. La entrada la haces en medio de dos de esas torres, que solían tener cuarenta metros de alto, pero que ahora son un poco más bajas.
En el interior puedes ver la espectacular residencia de los Duques de Anjou, que está compuesta por varias edificaciones de estilo gótico, asó como recorres sus jardines, la granja, el jardín de vegetales y el lugar que fue destinado a las flores que se iban a cortar para decorarla. Y no te puedes perder el tapiz del Apocalipsis que tiene 103 metros de largo y es el trabajo tejido más grande de la Edad Media.
Fotografías de Pgauti, Tristan49105, Mith, Sémhur, Romainberth, Manfred Heyde.