En la capital de Francia, París, existen muchas edificaciones que muestran el paso del tiempo y la historia local, destacándose entre ellas las iglesias. Aunque son solo un par de estos templos los que son famosos como destinos turísticos, si te interesa esta clase de arquitectura puedes encontrar muchos más que vale la pena visitar.
Entre ellos te recomiendo ir a la Basílica de Saint Denis, conocida originalmente como la Basilique royale de Saint-Denis, que es una abadía que encuentras precisamente en Saint-Denis, un suburbio en el norte de la capital francesa. Originalmente este lugar era un cementerio galo-romano, en las épocas del Imperio Romano, y luego allí se construyeron capillas hasta que se hizo este impresionante templo.
La edificación que puedes ver en la actualidad empezó a ser construida en la primera mitad del siglo decimosegundo, en 1136, y no fue terminada sino hasta el siglo trece. Este lugar es considerado toda una obra de arte de la arquitectura, y hasta se llega a decir que es la más hermosa de las que tienen estilo Gótico de las que están en el continente europeo.
La Basílica de Saint Denis se convirtió con el tiempo en un sitio de peregrinación y en el lugar de último reposo de los reyes franceses, ya que casi todos los reyes de entre los siglos décimo y dieciocho fueron enterrados allí. Sin embargo, durante la Revolución Francesa los cuerpos fueron sacados y enterrados en fosas comunes, pero en la actualidad están en la cripta con placas de mármol que dicen sus nombres.
En esta iglesia también están las tumbas de Luis XVI y María Antonieta, cuyos cuerpos fueron encontrados en 1815. Y es por toda esta historia, que hasta llega a incluir a Napoleón quien la mandó a abrir después de que fue clausurada, que la basílica es considerado el lugar en París en el que más se ha reflejado la lucha de poderes del país.
Fotografías de MOSSOT, francisco.j.gonzalez, Lionel Allorge, Max In Pics, ollografik.