En pleno corazón de Madrid, a 666 metros sobre el nivel del mar, se erige la única estatua del mundo dedicada al diablo. Se trata de la Fuente del Ángel Caído, de los Jardines del Retiro.

Destaca del conjunto la estatua, realizada por Ricardo Bellver en 1874 y que nos recuerda a las obras de Bernini y, por supuesto, al grupo escultórico griego Laooconte y sus hijos.

De corte absolútamente clásico y de una belleza singular, el producto de Bellver vio la luz por el empeño del duque de Fernán Núnez, quien donó 11.000 duros de la época y se enfrentó a la opinión de la mayor parte de la población madrileña, contraria a erigir un monumento tan “satánico”. Su autor recibiría más tarde el premio de la Exposición Nacional de 1878 por la escultura.

Actualmente se exhibe, en el madrileñor Retiro, sobre pedestal de Francisco Jarreño y es objeto de la curiosidad de muchos aficionados al esoterismo. Pero, en realidad y según se recogía en el catálogo de la Exposición Nacional, el artista se inspiró en el Canto I de El Paraíso Perdido de Milton:

“Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ella el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia funesta y el odio más obstinado”.

Destacar que la obra original fue realizada en yeso y tras ser adquirida por el estado español, se realizó su fundición en bronce para ser expuesta al aire libre.

Fotografías de Håkan Svensson, Zuffe, Álvaro Ibáñez y Pentarux.
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