La ciudad de Dubrovnik es uno de los destinos más importantes tanto de Croacia como de embarcaciones que van desde el Mediterráneo y se adentran en el Mar Adriático, que es en donde ella es puerto. El centro de la población es considerado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debido al excelente estado de conservación que tiene, y precisamente allí te recomiendo visitar la Fortaleza Lovrijenac.
Este sitio, que también es conocido como la Fortaleza de San Lorenzo o el Gibraltar de Dubrovnik, está ubicado en la parte exterior de la muralla occidental de la ciudad, a unos cuarenta metros sobre el nivel del mar. Aunque expertos dicen que este lugar fue hecho en el siglo decimoprimero, sólo se sabe de él desde el catorce, y si construcción tiene tras de sí una interesante leyenda.
Se dice que en el siglo decimoprimero Venecia tenía el plan de llevar sus tropas hasta esta roca que sobresale en el mar, para que soldados construyeran un fuerte y desde allí tomarse la ciudad. Sin embargo, los habitantes de la población se enteraron de este plan y empezaron a construir el fuerte y así evitaron que los invadieran tanto por mar como por tierra.
A través del tiempo, la fortaleza de Lovrijenac ha sido renovada, en especial durante los siglos decimoquinto y decimosexto, aunque en el diecisiete tuvo que ser reparada por los daños que le causó el terremoto de 1667. Este fuerte muestra su parte más estrecha y más alta a la parte occidental de la ciudad, mientras que la su muralla más larga está abierta en la torre Bokar, protegiendo así la parte más pequeña y antigua de ella, el puerto de Kolorina.
Este fuerte tiene un patio central en forma de cuadrado alrededor de los cuales hay unos grandiosos arcos y en tiempos de guerra fue defendido con diez cañones grandes, siendo el mayor el llamado Gušter o lagartija que lastimosamente acabó en el fondo del océano, pero puedes ver algunos de sus hermanos aún cuidando las murallas. Teniendo una posición tan importante en la ciudad, tiene una curiosa forma de defensa y es que las murallas que dan al mar tienen 12 metros de ancho, mientras que las que miran a la ciudad sólo 60 centímetros, para que así fuera posible tomarla desde Dubrovnik en caso de que el enemigo la ocupara o existiera una rebelión.
En las puertas puedes ver el mensaje de la fortaleza para el mundo “Non bene pro toto libertas venditur auro” o “la libertad no puede ser vendida por todos los tesoros en el mundo“, y hoy es precisamente un símbolo local de la libertad. En la actualidad, es posible que veas en los meses de verano en su interior conciertos y obras de teatro.
Fotografías de Anosmia.