Un modo diferente de vivir el carnaval solo podía provenir de algún lugar de Brasil, el país más carnavalesco del mundo. Aquí, en esta ciudad ubicada a poco más de 250 kilómetros de Río de Janeiro, se celebra el carnaval de Paraty, donde el fin de fiesta lo marca la tradición de rebozarse en barro hasta la médula.
Los carnavales de Paraty comienzan a fecharse a principios del siglo XX, aunque como siempre en este tipo de eventos, encontrar el origen exacto resulta realmente difícil. Por entonces, lo único cierto es que los participantes aún no celebraban la tradición del bloco da lama.
Sí que existían agrupaciones con disfraces, música y todo cuanto acompaña a los típicos carnavales brasileiros, pero embarrarse llegó más tarde.
Bien es sabido que la Praia do Jabaquara de Paraty es famosa por sus lodos medicinales. Se cuenta que en una de esas jornadas carnavalescas de los años 90 del siglo pasado, un grupo de amigos había pasado el principio del día tomando los lodos y que, a la hora del fiestorro decidieron presentarse tal cual.
No hubo más que añadir, porque al año siguiente, un grupo de festejantes decidió salir en bloco completamente embarrados, vestidos con trapos y enarbolando huesos y calaveras, al modo de las tribus prehistóricas. La costumbre del lodo se había impuesto, porque ya es normal acabar el carnaval de Paraty con todos embarrados en las playas de Jabaquara.
