Steel Pans

Auténtica música orquestada realizada a fuerza de golpe por las “Bandas de Acero” trinitarias. En Trinidad y Tobago nació un instrumento musical que quiso preservar, con los medios más al alcance de la mano del oriundo africano, los sonidos del amado continente negro.

Los tambores de África sirvieron de inspiración a estos otros tambores fabricados con chatarra, en especial con los barriles usados para transportar petróleo y combustible. El ritmo negro, mezclado con la cultura antillana, acabó por imponer la necesidad de expresar musicalmente el lenguaje de todo un pueblo y decidieron emular sus instrumentos fabricándolos con chatarra.

Desde entonces se han formado suficientes orquestas trinitarias como para alegrar el alma del más arrítmico y monótono mortal. Se dice que acabaron imponiéndose en la década de los años 40 del siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial, y aunque la primera steelband documentada data de febrero de 1940, existe sin embargo una orquesta –The Neal & Massy Trinidad All-Stars- que ya ha celebrado su 75 aniversario.

Steel Band 1950s

Lo cierto es que esta peculiar forma de hacer música se contagió rápidamente a todas las islas de alrededor y hoy en día, en Trinidad y Tobago se celebran auténticos encuentros de steelpans, como el World Steelband Music Festival, en pie desde la década de los 60.

El “tambor de acero” nació en respuesta a la prohibición británica, durante el siglo XIX, de tocar los tambores tradicionales africanos. Con ellos, los esclavos no sólo hacían música si no que lo usaban para comunicarse entre ellos.

Tras la prohibición el ingenio dio paso a la percusión a través de cajas de galletas, latas, tapacubos… hasta acabar usando los envases de 55 galones de combustible, que una vez tratados son afinados en la escála cromática.

En la actualidad la isla sigue produciendo estos instrumentos, a partir de las tapas de los bidones de petróleo, que son percutidos hasta que adquieren la forma de bol o cacerola (de ahí su nombre, “steel pan” o “cacerola de acero”). El tambor es atemperado a fuego, hasta que alcanza el rojo blanco. Una vez enfriado se afina con martillos y otros golpeadores que permiten que el steel pan ofrezca distintos tonos dependiendo del lugar en el que se le golpea.

Fotografías de Andrew Alder, Roland zh, Pymouss, Jason Ralston y Dr. Ted Hill.
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