Praga fue hace siglos la ciudad más importante del Centro de Europa y aún se mantiene como una de las más importantes del continente, además de una de las capitales más visitadas. En esta ciudad de República Checa tienes la oportunidad única de dar una vuelta al pasado, visitando joyas históricas como la Catedral de San Vito.
Prácticamente desde cualquier lugar de la capital checa puedes ver este lugar, que también es conocido como la Catedral de Praga. Además de su gran tamaño, cuando veas este templo podrás entender por qué es considerado como uno de los más hermosos de Europa y es que es un ejemplo perfecto del diseño religioso gótico del siglo decimocuarto.
La Catedral de San Vito está dentro del Castillo de Praga y está en el mismo lugar en donde estuvo una iglesia original en el siglo décimo y una basílica románica a finales del decimoprimero. Lo que ves en la actualidad fue diseñado por el arquitecto alemán Peter Parler, quien entonces tenía 22 años, y su construcción empezó en 1344, aunque fue terminada solo hasta el siglo veinte.
Antes de que la parte occidental de la catedral fuera terminada, la entrada principal se hacía por la llamada Puerta Dorada, que era por donde ingresaba la realeza en los días de las coronaciones, por lo que está decorada con un mosaico colorido que muestra el Juicio Final. Te aconsejo también darle un vistazo a la Torre del reloj, que alcanza los 96.5 metros de altura, y que tiene una mezcla de diseño del Renacimiento y el Barroco; e incluso subirla para tener una de las vistas más altas de la ciudad y ver la campana más grande de Europa Occidental.
En el interior te aconsejo ver su nave, que es la más grande del país, y que tiene varios vitrales que dejan entrar la luz. También te aconsejo ver los altos techos y las hermosas bóvedas, así como la capilla de St. Wenceslas, la Cámara de la Corona en donde puedes ver las joyas de la corona Bohemia y la Cripta Real.
Fotografías de Sergey Ashmarin, Dagmar Veselková, Myrabella, Carmelo Bayarcal, Jennifer Dickert, Krokodyl.