Cada pueblo tiene sus costumbres, de eso no existe la menor duda, y algunas nos parecen extrañas. Sin embargo, la comida navideña tradicional de Portugal incluye la denominada ‘consoada‘, en la que los comensales dejan algunos sitios vacíos a la mesa, completamente preparados con su servicio, cubertería, platos, vasos, comida… para que los espíritus bondadosos que lo deseen puedan asistir a la cena de Navidad.
Dicen algunos que la palabra con la que se denomina esta comida -‘consoada’- proviene del término latino ‘consolata’, de consolare o consolar. De este modo, la víspera de la Navidad, los portugueses más tradicionales guardan un sitio en su mesa para que sus difuntos también vengan a celebrar la fecha y, en agradecimiento, traigan suerte para todo el año a sus familiares vivos.
Lo cierto es que, aunque parece que la tradición podría remontarse al siglo XII, ya no son muchos los que continúan con la costumbre, más afianzada en los pueblos pequeños del interior. De todos modos, en el resto de la celebración, la consoada es igual que muchas cenas de Nochebuena: Comida abundante, bacalao como plato más tradicional y muchos dulces típicos.
Tras la consoada, los participantes intercambian los regalos de Navidad. Supongo que ese será el momento también elegido por los difuntos para ‘regalar’ fortuna a sus anfitriones.
