La estación invernal se perfila como una de las mejores épocas para disfrutar de otro Marruecos, un país menos ‘invadido’ por los turistas veraniegos y con una temperatura mucho más suave que los tórridos días de verano. Con menos agobio y mucha más tranquilidad, el visitante de invierno puede conocer una cara de Marruecos mucho más auténtica.
No nos dejemos engañar y sepamos que, aunque estemos al norte de África, el invierno marroquí no está exento de temperaturas frías. Al contrario, durante las noches la temperatura suele descender notablemente y, según las zonas del país por la que nos movamos, podemos encontrarnos con auténticos paisajes gélidos.
De todos modos será difícil no disfrutar del soleado colorido del Marruecos de invierno, de sus espectaculares azules celestes y sus contrastes de cal y arena.
En las zonas más turísticas por excelencia, entre las que destacan por supuesto las ciudades imperiales, el nivel de extranjeros habrá descendido un poco, sin embargo no esperemos encontrar calles desiertas. Marruecos es un país absolutamente turístico y siempre alberga una buena cantidad de viajeros dispuestos a disfrutar de las peculiaridades culturales y naturales de la región norteafricana.
De todos modos, para muchos trotamundos, disfrutar del placer de recorrer los zocos y las medinas con más espacio será siempre un valor añadido.