Tánger es una ciudad que está ubicada en el norte de Marruecos, en las costas que están hacia la parte occidental del Estrecho de Gibraltar, en el sitio en donde el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico se encuentran. Esta ciudad a través de los siglos ha logrado mantener su encanto tanto en las partes antiguas como las más modernas, aunque muchos visitantes prefieren ir a sitios que muestran el pasado como lo es la Medina.
Caminar por esta parte de la ciudad es realmente hacer un viaje al pasado, por sus callejones estrechos que tienen a ambos de sus lados edificaciones que tienen hermosas fachadas principalmente de color blanco, aunque también hay otras de colores. Este sitio se encuentra protegido por las murallas locales y es el atractivo turístico más visitado de ella.
Paseando por la Medina de Tánger se puede ingresar en todo un laberinto de calles, que tienen algunas plazoletas en su interior y en donde también hay algunos mercados y puestos en donde se pueden comprar souvenirs para llevar de vuelta a casa, así como sentir los aromas de las especias que son tan reconocidas en la comida y los perfumes locales. Aunque la mayoría de los visitantes se pierden un poco en este sitio, de esa forma lo aprecian un poco más y descubren sus secretos.
Entre los puntos que recomiendo visitar en esta parte de la ciudad está el Petit Socco o Pequeña plazoleta, que tiene unos cafés con terrazas en donde se puede absorber un poco la atmósfera local y probar el delicioso té típico del país, la Gran Mezquita, y la Kasbah o ciudadela, que está en la parte más alta de todo y desde donde se pueden tener unas vistas espectaculares.
Si se quiere tener una vista del puerto, se puede ir caminando por la Rue de la Marine hasta el Grand Socco o la plazoleta principal, que está en la Rue de Siaghines, y simplemente disfrutar de todo lo que se ve desde allí.
Fotografías de Omar Shatriwala, Y.Fujii, jssz, Bpcorps.