La ciudad de Marrakech es la tercera en tamaño de Marruecos y una de las más visitadas, tanto por su ubicación en la parte noroccidental del país como por la historia que se puede ver en sus edificaciones. Uno de los sitios antiguos que se pueden ver allí es el Almoravid Koubba, también conocido como Koubba Ba’adiyin o Barudiyin, teniendo muchos detalles que vale la pena mirar.

Este lugar está a unos cuarenta metros hacia el sur de la mezquita de Ben Youssef y justo al lado del Museo de Marrakech, siendo considerado la edificación más antigua de toda la ciudad y la única que queda de la dinastía Almoravid en el país. La construcción fue hecha en el siglo decimoprimero, en el año de 1117, después de conquistar el país y antes de expandirse hacia los lugares vecinos.

A través de los siglos las construcciones de los alrededores del Almoravid Koubba se fueron haciendo más altas, por lo que los visitantes tienen que bajar alrededor de dos plantas para llegar a la entrada. La importancia de esta edificación no es únicamente debido a lo antiguo e histórico que es, sino porque este estilo fue en el que se inspiró el resto de la arquitectura de Marruecos.

En una visita por este sitio los turistas tienen la oportunidad de ver varios motivos hechos sobre la construcción de palmas, conos de pinos y hojas de los árboles, que en el futuro serían puestas en las mezquitas y en varios edificios históricos. También hay que prestar atención a las formas de las ventanas, que luego se convertirían en casi un símbolo de los Almohades y de la dinastía Benimerín.

La estructura fue renovada en los siglos dieciséis y diecinueve, siendo descubierta nuevamente a mediados del siglo veinte y excavada hasta ponerla en el estado en el que se encuentra en la actualidad. Allí recomiendo ver el domo que tiene unos diseños intrincados, así como lo que queda de algunas fuentes que tuvieron diversos usos en el pasado.

Fotografías de Michal Osmenda, kathrin_gaisser, James Byrum, kashmir.