En la provincia de Teramo, en la región de Abruzzo, en el centro hacia el oriente de Italia, se encuentra la ciudad del mismo nombre, a unos 150 kilómetros de la capital del país, Roma. Esta ciudad se encuentra entre los montes Apeninos y las costas del Mar Adriático, por lo que es un lugar único en donde se pueden hacer tanto actividades propias de la montaña como en el agua.
Los aeropuertos que están más cercanos a esta población son los de Pescara, que está a una hora; y el de Roma, que es al que llegan la mayor cantidad de vuelos. Desde la capital se puede alquilar un automóvil y viajar por la autostrada o autovía A14 en un viaje que tiene una duración de unas dos horas; o se puede tomar un tren hacia Guilianova y desde allí uno hasta esta población.
Entre los atractivos que recomiendo visitar en esta histórica población de Teramo, están el Teatro Romano que fue construido en el siglo segundo, tenía una capacidad de unos 3.000 espectadores y conserva aún algunas de sus características; la Catedral que empezó a ser construida en el siglo decimosegundo y en la que se destaca su fachada y torre del reloj; y la Piazza Sant’Anna, que es una plazoleta hermosa con una iglesia antigua.
Estando allí también aconsejo ir a la Casa del Mutilato que fue hecha en el sitio de la Iglesia de la Misericordia y en donde hay una pintura al fresco de Giacomo da Campli, el Mosaico del leone que es uno de los más representativos del periodo romano en el mundo, y el Palazzo Castelli que es un buen ejemplo de arquitectura art nouveau. Por último, los visitantes no se pueden perder sus alrededores naturales y playas, así como sus calles estrechas y paisajes pintorescos.
Fotografías de stefanaccio, S4mb0r4, Mimmonet, Infinitispazi.