El país nórdico de Islandia está entre el norte del Océano Atlántico y el Ártico, teniendo durante el invierno unas noches muy largas y unos días casi inexistentes. Aunque este sitio no es el que muchos se imaginan para pasar el año nuevo, si tiene un ambiente muy interesante en el que también puedes encontrar fiestas y juegos pirotécnicos.
La forma más fácil de tener una experiencia maravillosa en este país es visitando varias cosas en tours que están especialmente diseñados para la temporada. Muchos de ellas empiezan por un recorrido por lo que es llamado el Círculo Dorado, en donde está el géiser Strokkur, que es una columna de agua caliente que alcanza los treinta metros de altura y que sale entre cada cuatro y ocho minutos.
Este recorrido también pasa por las Cataratas Doradas, el río Hvítá y el Parque Nacional Þingvellir, en donde puedes ver las placas tectónicas de América y Eurasia, que se separan unos centímetros cada año. Pero para recibir el año nuevo en Islandia, debes ir a Reikiavik, que tiene unos fuegos artificiales espectaculares, y que puedes ver desde cualquiera de los hoteles y restaurantes que tienen terrazas.
Normalmente, en la nochevieja se tiene una cena a eso de las seis de la tarde, luego se hace una fogata en uno de los barrios más emblemáticos para ello y a donde también reciben a turistas, y luego se vuelve al hotel o restaurante a tomar chocolate caliente para combatir el frío y esperar a las 12 para ver el espectáculo. Todo esto es acompañado por alcohol, deliciosa comida típica y baile.
Y al siguiente día te puedes unir uno de los tours que ofrecen alojamiento en una zona rural en donde si estás de suerte puedes ver la Aurora Boreal. Algunos hoteles en las afueras de las ciudades tienen las condiciones perfectas para mirar el cielo, ya que están en una zona oscura, y algunas veces hasta ofrecen telescopios para que puedas ver las estrellas y planetas un poco más cerca.
Fotografías de borkur.net, Vala Run, MongFish, Atli Harðarson.