Ahora nos vamos hasta los Pirineos Orientales, a la región de Languedoc-Rosellón, donde se encuentra el municipio francés de Ille-sur-Têt. Aquí nos trasladamos para contemplar uno de esos espectáculos que nos brinda la naturaleza en su faceta escultorica-arquitectónica, sin que intervenga para nada la mano del hombre.
Se trata de Les Orgues (Los Órganos), una formación rocosa-arenosa con más de cinco millones de años de antigüedad. El caprichoso conjunto esculpido por las pacientes aguas del río Têt, no es inalterable. De hecho, se ha constatado que Les Orgues está atravesando su última fase de ‘vida’ natural.
El hecho se debe a las acciones erosivas de tormentas, lluvia y vientos, que van arrancando la arenilla que conforma las paredes de esta especie de anfiteatro natural, que nos recuerda a los órganos de las grandes catedrales.
La sensibilidad del entorno hace que la formación y sus altas columnas sean absolutamente cambiantes y que sus chimeneas vayan acusando paulatinamente el deterioro que las aboca, irremediablemente, hacia la desaparición. La más alta de todas es la conocida con el nombre de La Sibylle y resulta algo paradójica.
Esa larguirucha y orgullosa formación de arena se encuentra coronada por un trozo rocoso no erosionable, que previsiblemente seguirá ahí cuando La Sibylle desaparezca.