Torrijas

Llega la Semana Santa y la gastronomía vuelve a estar muy ligada a las fiestas que se celebran. En este caso os traemos la historia y receta de un postre muy típico en España y algunos lugares de México: La Torrija.

Es fácil y suculenta, barata y familiar, mata el hambre y endulza el ánimo y ha resistido el paso del tiempo como los grandes héroes clásicos y Juan de la Encina ya la nombraba, en el siglo XV, como un alimento digno de ser servido para que las parturientas pudieran recuperarse.

Durante el siglo XIX las Torrijas se adueñaron de las famosas tabernas de Madrid y allí eran servidas acompañadas de los no menos típicos “chatos” de vino. De hecho algún local aún conserva todo el encanto y también su nombre: La Casa de las Torrijas.

La preparación no tiene muchos secretos, ya que se trata de empapar rebanadas de pan duro en leche o vino, para luego rebozarlas en huevo, freirla en abundante aceite y posteriormente endulzarla con lo que más nos guste y a voluntad, porque esa es otra de sus características, que admite todo el azúcar o miel que a uno le apetezca.

Es cierto que los tiempos modernos han traído consigo el pan de molde y que algunos sacrílegos la fabrican con este material, incluso se llega a vender así en algunas pastelerías y cafeterías. Pero los amantes de la gastronomía y los enamorados de la torrija siempre elegiran la preparación más tradicional.

Local Madrileño

Receta:

– 6 rebanadas de pan de dos o tres días antes.

– 1/2 litro de leche.

– 2 huevos.

– Aceite de oliva, tres cucharadas de azúcar y canela.

Hervimos la leche con el azúcar y la ponemos en un plato, donde iremos empapando las rebanadas de pan. Ahí permanecerán una hora y luego las sacaremos con cuidado y las pondremos a escurrir.

Una vez escurridas pasa las rebanadas por el huevo batido y ponlas a freir hasta que doren.

Finalmente espolvorea con canela y azúcar. Se pueden comer frías o calientes.

Fotografías de Tamorlan, Eduardo, Javier Lastras, Retama.
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