¡¡La Tomatina de Buñol!! Hoy es el último miércoles del mes de agosto y como manda la tradición, desde el año 1945, las calles de este pueblo de Valencia se han visto inundadas por litros y litros de jugo procedentes de más de una tonelada de tomates frescos, llegados de todas partes de la Huerta Valenciana.
Se trata de una contienda a tomatazos que “enfrenta” a miles de jóvenes llegados desde todos los puntos del globo y que emprenden una originalísima batalla campal hasta poner fin a casi 150 toneladas de una munición insólita e inofensiva: tomates.
La tradición comenzó durante la celebración de las fiestas del 45, cuando unos jóvenes quisieron hacerse hueco para poder ver el desfile de Gigantes y Cabezudos. Con el ímpetu de sus actos derribaron a un vecino que, enfurecido, comenzó a golpear a cuanto se le ponía por delante.
Cerca del lugar se ubicaba un puesto de verduras y los habitantes de Buñol, airados e impetuosos con el molesto vecino, comenzaron a lanzarse las rojas hortalizas del puesto los unos a otros, hasta que los agentes de la policía pusieron fin a la batalla campal.
Un año después, los jóvenes decidieron repetir la “juerga” de manera voluntaria y llevando los tomates desde sus hogares. Durante años las fuerzas de seguridad interrumpieron los altercados, aunque los jóvenes no se dieron por vencidos y consiguieron hacer historia.
De todos modos, durante la década de los 50, la Tomatina fue prohibida y así muchos participantes llegaron incluso a ser detenidos. Al final el pueblo de Buñol consiguió imponer su voluntad y la fiesta se tornó en una de las más espectaculares del mundo, con la ayuda de miles de visitantes que acuden al reclamo anual.
Desde el año 2002, la Tomatina de Buñol es considerada Fiesta de Interés Turístico Internacional; así que ¡Feliz Tomatina, buñolenses!