Al margen de celebraciones anglosajonas de Halloween, que aún originarias de Europa y con marcada tradición céltica, nos vuelven al viejo continente de la mano de los norteamericanos USA, en España la tradición de los difuntos está mucho más apegada a esa tendencia, compartida también con países latinoamericanos, de desmitificar el inframundo, restarle seriedad a la muerte y hacer una fiesta del paso a la otra vida.
Es el caso de los Tosantos gaditanos, celebrado cada año por estas fechas. Es el día de Todos los Santos, que en ese idioma andalú que se come algunas letras, se sincopa para dar título a una tradición que llevan a cabo los tenderos de los mercados de abastos de la provincia de Cádiz.
Se dedican a disfrazar su mercancía con trajecitos y componen escenas divertidas y costumbristas que adornan sus puestos y sirven de reclamo a la población. Grandes y pequeños acuden a los mercados gaditanos para ver cómo los carniceros han disfrazado a pollos y cerdos, los pescaderos han hecho lo mismo con sardinas y atunes y los fruteros visten de lujo sus frutas y verduras.
Las escenas que se componen, con cierta jocosidad y mucha dosis de humor, no están exentas de un marcado componente crítico con la actualidad, la política, los personajes populares, la crisis económica… No podía ser de otra manera en la ciudad de los carnavales y una de las provincias más alegres de España.
Aprovechen quienes están por allí, para disfrutar de un montón de actuaciones musicales, flamenco y platos típicos de la gastronomía de estas fechas. Por cierto, prueben las castañas y los huesos de santo.