Madrid se encuentra en mitad de sus fiestas más populares, esas capaces de hacernos olvidar que el resto del año somos la capital de España y convertirnos, por unos días, en un pequeño pueblo acogedor, con su romería y su feria, con sus trajes regionales y su música popular, con sus verbenas y sus casetas de tiro, con su algodoncillo de azúcar y sus chotis.
Son las fiestas de San Isidro, el patrón de Madrid, y esto es punto y aparte. Es como si la capital de España, tan europea, se recogiera sobre sí misma para ofrecer a quien ande por allí un espectáculo único, como de otras épocas en las que la Villa era un pueblecito más. Grande, eso sí, pero pueblo al fin y al cabo.
Procesiones de gigantes y cabezudos, organillos por los que no pasa el tiempo, barquillos y rosquillas, chulazos bailando chotis en apenas un baldosa, bien ‘agarraos’ a su chulapa, ‘prepará’ con su mantón de Manilá para disfrutar de la verbena más importante de la ciudad.
Es hora de pasear por Madrid, de asistir a lugares imprescindibles, como las meriendas en La Pradera de San Isidro, las verbenas en las Vistillas y esos fuegos de artificio que iluminan la noche oscura del Retiro. ¡Viva Madrid y sus fiestas patronales!
