Parque Nacional de Viñales

Casi cualquier turista tiene una primera impresión al pensar en las tierras cubanas, cuajada de las playas, el sol, los edificios coloniales y el malecón, que conforman un todo perfecto, sin un más allá de esa típica estampa. Sin embargo, la Perla del Caribe guarda rincones majestuosos, entroncados con la grandeza de su naturaleza única.

Es el caso de los Mogotes, situados en el Parque Nacional de Viñales, dos formaciones rocosas, de origen calizo, que engalanan la belleza de un valle verde y particularmente fértil, en el que estos dos montículos aparecen como vigías de unas llanuras perfectas.

Bien diferenciados por las condiciones climatológicas, no podemos decir que sean mogotes hermanos, pero sí que recuerdan de alguna manera a aquellos Bombones de Bohol o a lugares sagrados como los de Ayers Rock, la famosa y mítica Uluru de los aborígenes australianos y, claro está, también forman parte del Patrimonio Natural de la Humanidad, enmarcados en ese área llena de vida al oeste de la isla, en la provincia de Pinar del Río.

Postales de extrema belleza

Esta maravilla del kárstico esconde la parte más tradicional de una Cuba de siempre, campesina y autosuficiente con el trabajo de sus gentes. Pero perderse por allí es además conocer los secretos naturales, ríos subterráneos, pozas de agua, cuevas… tesoros geológicos de la naturaleza salvaje.

El jurásico contempla desde los Mogotes de Viñales el devenir del paso del tiempo por una Cuba legendaria. Ahora es labor del viajero, sacar partido a su curiosidad y entregarse a la labor de conocer los secretos de un lugar privilegiado. ¿Testigo? Nuestra cámara de fotos.

Fotografías de moskaportenia, Songkran, Romtomtom, Savage Stills, Ahron de Leeuw.
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