La historia que tienen las calles de las ciudades antiguas es uno de los mayores atractivos que encuentran los turistas cuando deciden viajar al continente europeo y definitivamente un paseo por ellas vale la pena el viaje. Una de estas ciudades es Trogir, que está en las costas del mar Adriático de Croacia, y que tiene un centro antiguo que es patrimonio de la humanidad.
Está ciudad tiene una historia de casi 2.400 años de asentamientos continuos y por ella han dejado huella desde los griegos hasta los venecianos, pasando por los romanos. Aunque te recomiendo visitar todo lo que puedas en esta parte de la ciudad, hay dos edificaciones que no te puedes perder: la Fortaleza Kamerlengo y la Catedral de Trogir.
Este fuerte también es llamado en ocasiones como “castillo” y fue hecho durante las épocas de la República de Venecia, a mediados del siglo decimoquinto, como una extensión de la Torre Veriga que ya estaba en este mismo sitio desde finales del decimocuarto. En otras épocas toda esta construcción estaba unida a las murallas que rodeaban la ciudad, pero al día de hoy la puedes ver sola.
Con el tiempo, este sitio fue expandido, y entre las nuevas adiciones te recomiendo ver el gazebo francés que fue hecho durante la ocupación napoleónica a Dalmacia, así como ir a alguno de los espectáculos que allí se presentan durante el Festival de Verano de Trogir. Luego puedes seguir a la Catedral de San Lorenzo, que es una basílica de tres naves que es una mezcla de estilos entre el románico y el gótico.
Este templo fue hecho entre los siglos decimotercero y decimoquinto, y entre sus destacadas decoraciones te recomiendo ver el portal románico hecho por el maestro Radovan, el baptisterio esculpido por Andrija Alesi, la Capilla de San Iván del renacimiento, así como subir su torre de 47 metros de altura para que tengas una fantástica vista de toda la ciudad.
Fotografías de Craig Stanfill, Alex Proimos, gus_the_mouse, Minestrone, Josep Renalias.