Durante la pasada noche la comunidad china internacional ha inaugurado su nuevo año. En esta ocasión, las celebraciones de Año Nuevo chino venían precedida de las recomendaciones del Gobierno de China para que se moderasen el uso de la pólvora, cohetes y petardos. La razón es bien sencilla y es que el cielo chino está tan contaminado que apenas si ven la luz del sol y la polución ha alcanzado límites alarmantes.
De todos modos hubo fuegos artificiales y han dado la bienvenida al Año del Caballo, un periplo que los chinos auguran muy sacrificado, con catástrofes y sacrificios, además de un empeoramiento de su economía en favor de los países occidentales.
A pesar de los augurios, los chinos decidieron abrazar el nuevo año en medio de la fiesta y la comida familiar. Farolillos, desfiles, las evoluciones carnavalescas de los dragones y las visitas a los templos para realizar las ofrendas y encender incienso que allane el camino durante los próximos meses, han ocupado buena parte de la jornada.
No sólo China se vestía de fiesta. Una comunidad tan amplia y extendida por el mundo ha conseguido que casi en cualquier rincón del planeta exista una celebración china de año nuevo: Madrid, Nueva York, Londres, París… Desde todos los lugares del mundo les deseamos un ¡feliz año nuevo chino!