Benín es un país en la parte occidental del continente africano que tiene una gran riqueza natural y cultural que lo han convertido en un buen sitio para ir de turismo en esta parte del mundo. Uno de los sitios que recomiendo visitar allí es la villa de Ganvie, que está hacia el sur del país, en las orillas del Lago Nokoué y siendo uno de los sitios más visitados por los extranjeros que llegan hasta él.
La forma más fácil de llegar hasta allí es hacerlo primero hasta la ciudad de Abomey-Calavi, que está a dieciocho del centro de Cotonou, que tiene un aeropuerto internacional a donde llegan vuelos desde lugares como Francia. Ya desde allí se toma un taxi hasta la parte occidental del lago, desde donde salen algunas embarcaciones que llegan hasta la villa en unos recorridos que van entre una hora y media y dos horas y media.
Aunque las poblaciones que están hechas sobre el agua no son una novedad para muchos turistas, Ganvie tiene un gran encanto natural, además de una larga historia, siendo una especie de Venecia típica de esta parte de África. Esta villa está construida sobre el lago Nokoué, por lo que el paisaje usual allí son casas hechas de bambú de diversos colores que fueron construidas sobre postes de madera que están clavados en el fondo del agua.
Los paseos alrededor de esta población sólo son posibles en unas embarcaciones que están hechas de troncos de madera tallados, y que son los que usan los locales para ir de una casa a otra también. La única construcción que está hecha sobre tierra firme es la escuela local, que se hizo después de que se llevó tierra en embarcaciones para hacerle el suelo y se piensa en hacer un proyecto similar para el cementerio local.
El nombre de la población significa “sobrevivimos” y es un recuerdo de la tribu Tofinu que se asentó aquí escapando de los que los querían hacer esclavos, y se ha convertido en una de las más grandes del mundo de este estilo. Y con el tiempo las canoas no sólo se han convertido en la forma de transporte, sino en lugares donde se ven cosas como alimentos, siendo mercados flotantes.
Fotografías de Erik Cleves Kristensen, Sara&Joachim, 300td.org.
