El Krampus es uno de los personajes más famosos de la Navidad Centroeuropea y aunque sea un demonio malvado, lo cierto es que no asusta a nadie. Muy al contrario, los niños salen a la calle a ver los desfiles en los que los jóvenes de pueblos y ciudades se disfrazan de este monstruoso compañero navideño de San Nicolás.
Los pasacalles se suceden por todas partes y grandes y pequeños salen a disfrutar del espectáculo navideño. Aquí no existen los Reyes Magos, ni tampoco es el hogar de Papá Noel. En estos países de Europa, el Krampus es el encargado de hacer justicia con aquellos que se portaron mal durante el año, esos que serán castigados.
Sus grandes cuernos y sus peludos cuerpos son sólo una parte del espectáculo, el fuego, las cadenas oxidadas y las campanas son otra parte importante del espectáculo que tiene su origen en las tradiciones paganas pre-cristianas de los países alpinos. Durante un tiempo fueron de tan poco agrado para distintas iglesias, que el Krampus fue condenado y perseguido.
Ahora todos disfrutan de él, sobre todo en la zona del Tirol, Baviera y los pueblos italianos que limitan con Austria. Los jóvenes se ponen sus máscaras de Krampus dispuestos a llevarse a los niños malos en un saco. Salen el 5 de diciembre y deambularán por las calles durante las siguientes dos semanas. A partir de ese momento, San Nicolás se encargará de poner orden y llevar los regalos de Navidad a todos los hogares en los que se portaron bien durante el año que está a punto de acabar.