Annaba y sus huellas de las épocas romanas

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Las ciudades costeras de Argelia tienen una gran belleza pintoresca, a pesar de su tamaño, que las convierten en unos buenos lugares para pasar un par de días cuando estés de visita en ese país. Hoy te invito a que conozcas un poco más de Annaba, que está ubicada en la punta nororiental del país, en la provincia del mismo nombre, justo en las orillas del río Seybouse.

Esta ciudad, que solía ser llamada Bône, tiene su propio aeropuerto internacional que es llamado Rabah Bitat, a donde llegan vuelos desde ciudades como París, Lyon y Marsella, aunque también es posible viajar desde Argel. También es posible que llegues hasta ella desde Marsella en ferry y en automóvil desde cualquiera de las ciudades de gran tamaño del país, aunque las vías no son las mejores.

Ya cuando llegues al aeropuerto, puedes tomar uno de los autobuses que salen hacia el centro de Annaba, y en ella la mejor forma para moverte es en taxi, porque tienen un buen servicio, económico y más fácil de entender que el de los autobuses. Uno de los primeros atractivos que debes visitar es la Iglesia de San Agustín o Lela Bouna, como es conocida en árabe y que está en una colina muy cerca del centro de la ciudad.

Después de ver esa iglesia, que es una de las joyas arquitectónicas romanas que se mantienen en la ciudad, puedes ir al centro histórico de ella, que es un lugar perfecto para que te tomes tu tiempo y des un paseo tranquilo, para luego pasar por alguno de los mercados llenos de color. Lo puedes empezar por la plazoleta central “Le Cours” en donde te recomiendo probar un helado o tomarte un café en una de las terrazas.

Luego puedes seguir caminando por las calles que salen desde allí y en las que podrás ver hermosas construcciones de estilo francés colonial que contrastan con unas un poco más nuevas. Luego puedes terminar en la Kasbah o la parte más antigua de la ciudad, en donde puedes disfrutar de una hermosa arquitectura otomana y que fue construida en el siglo decimosegundo.