Adornar con huevos los árboles es una costumbre muy antigua en numerosos pueblos y villas de Alemania. La costumbre con la llegada de tiempos más apresurados se ha ido perdiendo. Sin embargo, en la localidad de Saalfeld, a unos 50 kilómetros de Weimar, podremos disfrutar del ejemplo más inmenso de esta tradición germana.
Tal vez porque se trata de una de las ciudades más antiguas de Turingia o quizá se deba a los recuerdos infantiles de un anciano de la zona, lo cierto es que allí se encuentra un árbol de récord, que tras muchos años de cuidados y seguimiento de la tradición, este año se ha visto coronado con diez mil huevos de Pascua.
Es el manzano de la familia Kraft que, año tras año, ha ido robusteciéndose y haciéndose más grande, al igual que el empeño de Christa y Volker, el matrimonio que lleva decorando el arbolito desde 1965, cuando comenzó su propia tradición familiar; aunque por aquel entonces comenzara con tan sólo 18 huevos de pascua, la mayoría de ellos fabricados en plástico.
Llegaron los hijos y ellos también fueron ayudando en la costumbre anual y, poco a poco, la tradición traspasó la frontera de la simple afición y la familia Kraft comenzó a vaciar huevos reales y a pintarlos y adornarlos a mano, llegando a convertirse en auténticos artesanos y contribuyendo a que el manzano tuviese más huevos colgados con cada primavera.
Así este año han llegado a una cifra récord y Christa y Volker, cuyos hijos ya crecieron, han decidido que este será el último huevo que añadan a la colección, porque ya no tienen dónde guardarlos. Volker acaba de cumplir 77 años y el árbol se ha adornado con 10.000 huevos de Pascua.