Belén de arena de la Playa de Las Canteras (Canarias)

Es tiempo de pesebres, de pasitos, como les llaman en otros lugares. Sea cual sea su nombre, la tradición católica encuentra en el Belén su representación más popular de la escena de la natividad, que es particularmente apreciada en los países de habla hispana, aunque hemos de reconocer que en todas partes del mundo, las escenas del nacimiento del Niño Dios han adoptado sus propias características.

No sólo es una tradición que se recluye en el ámbito familiar, muy al contrario, instituciones públicas y privadas construyen sus propios portales y se organizan auténticos concursos para los amantes de la tradición belenística.

El primer belén de la historia se le atribuye a San Francisco de Asís, quien lo montó a principios del siglo XIII en una cueva italiana para conmemorar la Nochebuena. A partir de ese momento, la ocasión se hizo costumbre, sobre todo entre las iglesias que lo asimilaron a la liturgia navideña, con figuras de cera, madera o barro.

Pesebre Andino

El belén pasó a España, donde se extendió primero entre cortesanos y aristócratas, cuando Carlos VII de Nápoles se convirtió también el rey de los españoles. Tras esos primeros años, el pueblo también adoptó la costumbre de las clases altas y de ahí se trasladó a América a través de los conquistadores y los misioneros.

Con el momento de la adoración del niño como motivo central, el nacimiento puede contar con esa única imagen o hacerse todo lo grande que uno desee, aportando clasicismo o innovaciones, con materiales nobles o sencillos, fabricados artesanalmente, comprados en grandes superficies, fieles a la época de Jesús de Nazaret o adaptados al clima y las costumbres de cada país.

Fotografías de Turismo Sevilla, Madrioso, El coleccionista de instantes, Xabi 1980, Dariusz.Biegacz.
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