La antigua Saigón sigue manteniendo esa multitud de lugares imprescindibles para la agenda de cualquier viajero, en un país en el que se siguen palpando las huellas de todo aquel que lo codició. Camboya, las aguas del delta del Mekong, la colonial Conchinchina francesa… Ho Chi Minh City, la ciudad más grande de Vietnam, más allá de la capital Hanói, posee el área metropolitana más inmensa de todo el sudeste asiático.
Más de 20 distritos albergan a casi 10 millones de almas y, entre ellas, una minoría bastante nutrida de habitantes de procedencia china. Casi todos se instalaron en Cho-Lon, la ciudad más próxima a la urbe vietnamita que, con el tiempo, ha acabado siendo un barrio más de Ho Chi Minh City.
La comunidad china ha llegado a sumar casi el 8% de los habitantes de la ciudad y, de hecho, consiguen mantener sus costumbres, su idioma y su identidad en un país en el que resulta difícil apegarse a un momento.
La mayoría de los chinos que viven en urbe vietnamita pertenecen a la etnia Hoa y llegaron, como casi todos en esta metrópolis, buscando trabajo y un ambiente más próspero. Se quedaron y habilitaron sus propias zonas, sus lugares, su mercado…
El mercado chino de Ho Chi Minh podría ser el escaparate que resumiera las identidades que permanecen en toda esa zona que se dio en llamar Indochina. Los farolillos rojos conviven con los puestos de frutas del país, el trasiego de las motos y los sombreros de los arroceros. Por supuesto, nada en la antigua Saigón escapa al recuerdo de aquella cruel guerra que en Vietnam consiguieron ganar al gigante americano.