Esta singular plaza venezolana, en pleno centro histórico de Caracas, ha sido desde hace 14 años que Hugo Chávez llegó al poder, el corazón mismo del comandante. Como representando la esencia de la Revolución Bolivariana, como una suerte de socialismo del siglo XXI que ha logrado aglutinar a todas las naciones de América Latina, el trazado arquitectónico ha sido escenario de numerosas concentraciones a favor y en contra del desaparecido presidente de Venezuela.
Hugo Chávez Frías ha muerto y legiones de seguidores se han lanzado a la calle a llorar la desaparición del último héroe de los pobres, el sueño del triunfo de las clases modestas, la apuesta indiscutible por una socialización de los recursos y un reparto más equitativo de la riqueza.
Los caraqueños andan hoy deambulando por la Plaza Bolívar, el lugar donde la estatua ecuestre del ‘Libertador de las Américas’ rivaliza con la fama de este otro revolucionario que se ha ido dejando inoculada la semilla de la esperanza en millones de personas de todo el mundo.
Hoy un nutrido grupo de esa nación venezolana llora la pérdida de su presidente, ese Hugo Chávez que no pudo iniciar su último mandato para el que había sido elegido por una aplastante mayoría. La Plaza Bolívar, otrora lugar de diversión, bailes, celebraciones y festejos es hoy un lugar de llanto y despedida.