Las ciudades fantasmas son unos de los destinos turísticos más fascinantes en el mundo, porque brindan la posibilidad de imaginar lo que fue la vida allí y ver joyas arquitectónicas sin sus habitantes. Si se quiere ver uno de estos sitios se debe ir a Ani, que es una ciudad en ruinas que está en la provincia de Kars, cerca de la frontera con Armenia, en el noroccidente de Turquía.
La forma más fácil de llegar hasta este sitio es en taxi desde la ciudad de Kars, en un viaje que tiene una duración de unas dos horas en cada sentido. Ya estando allí, la mejor forma de recorrer las ruinas es a pie, ya que es un área que no es muy grande y se ve mejor cuando se está cerca de cada una de las joyas arquitectónicas, viendo así sus detalles decorativos.
La ciudad de Ani en sus días más importantes fue la capital del Imperio Armenio y por allí pasaron varias guerras y culturas hasta que fue abandonada tal y como se ve en la actualidad. En sus mejores días esta población tenía entre 100.000 y 200.000 habitantes, siendo rival en su esplendor de sitios como Constantinopla, con estructuras que fueron hechas con basalto volcánico y con diversos tallados.
En la llamada “Ciudad de las 1001 Iglesias” en sus mejores épocas había palacios, fortificaciones y, evidentemente, edificaciones religiosas, algunas de las cuales se conservan hasta el día de hoy. Allí se pueden ver templos como la Catedral, que fue terminada en el año 1001; la iglesia de San Gregorio, que data de 1215 y es el monumento mejor preservado de la ciudad; y la de la Santa Redención, que data de 1035.
También se puede ver la mezquita de Minuchir, que se dice que fue nombrada tras su fundador y primer miembro de la dinastía Shaddadid; la ciudadela que fue construida en el siglo séptimo y que en su interior tiene tres iglesias; las murallas de la población que fueron hechas a finales del siglo décimo, pero fortalecidas en los siglos posteriores, y otros monumentos que la hicieron increíble y la envidia de muchas de la región.
Fotografías de Mr Hicks46, SaraYeomans.