En Turquía, el Imperio Romano también dejó una huella tanto cultural como arquitectónica y hasta el día de hoy hay algunos lugares en donde se pueden ver algunas de ellas. En Anatolia, que es una península que está en la parte del país que está en Asia, que en la actualidad está en la provincia moderna de Ízmir, está la Biblioteca de Celso, que es un excelente atractivo de la época romana.
Este sitio es una edificación romana que fue construida en honor al senador Tiberio Julio Celso Polemeano, por su propio hijo Gayo Julio Aquila. Toda esta construcción fue hecha con el objetivo de ser una biblioteca y mausoleo, y fue terminada en el siglo segundo d.C., y hasta el día de hoy es uno de los lugares icónicos de esta parte del país, aparte de uno de los más hermosos.
La Librería de Celso fue hecha para hacer homenaje a este senador que fue uno de los primeros de origen completamente griego en ser cónsul del Imperio Romano, y es honrado como tal en este sitio, por lo que es fácil ver entre las ruinas inscripciones en latín y en griego. La idea principal de este lugar era que allí se pudieran guardar hasta 12.000 rollos de papiro, además de ser la tumba de este célebre personaje, cuyo sarcófago sigue allí debajo.
Justo al lado de lo que solía ser la puerta del sur de la ciudad amurallada, está la construcción, que tiene 21 metros de ancho, un poco más de dieciséis de alto y un pórtico de 2.4 metros de profundidad. Originalmente, esta biblioteca tenía tres plantas, siendo las dos más altas las que hay unas galerías en las que están los nichos de almacenamiento.
En ellos se guardaban los rollos y los códigos, que podían ser tomados sólo por el bibliotecario, y que eran alrededor de unos treinta. La habitación en donde se podía leer está dirigida hacia el oriente para aprovechar al máximo la luz del día, y en los nichos más bajos están cuatro estatuas que representan la sabiduría, el conocimiento, el destino y la inteligencia, que son copias de unas originales que están en Viena.
Fotografías de Benh LIEU SONG, Rita1234, Austrian Archaeological Institute, Thérèse Gaigé, José Luiz, Dennis Jarvis.