Aquí hay pique, porque los trinitenses no se arredran ante Brasil a la hora de decir bien alto que su carnaval es el mejor del mundo. La cosa es que elegir está difícil, aunque hemos de reconocer que cuando hablamos de la concentración de Río de Janeiro se sienta cátedra en esto de las celebraciones carnavalescas.
No obstante, el boato, la dedicación, el empeño, la espectacularidad y sobre todo la buenísima música que prima en las fiestas de Trinidad y Tobago hacen a su carnaval digno competidor por uno de los primeros lugares del ranking mundial de carnavales.
La semana antes al Miércoles de Ceniza, todo el estado caribeño, pero en especial su capital Puerto España, entra en una etapa de euforia que hará muy difícil que tanto participantes como observadores no se lo pasen de muerte y en este 2013 deben darse prisa, porque los días grandes de la fiesta serán el 11 y 12 de febrero.
Calypso, Steel Bands, mucho soca y disfraces a gogó, para una celebración que forma parte del programa educativo de la escuelas, con lo que la participación infantil resulta enorme. Tal vez porque lo protagonizan desde pequeños, pocos trinitenses quedan al margen del carnaval.
Ni que decir tiene que esta fiesta de música, la herencia africana se combina con las influencias coloniales y ese magnífico ritmo caribeño que hace que las bandas de Trinidad y Tobago suenen como en ninguna otra parte del mundo.
