Bangkok, la capital de Tailandia, ofrece una multitud de posibilidades para el transporte de viajeros. Así que el turista deberá elegir la que más se ajuste a sus necesidades. En Ser Turista abordaremos varias de ellas, desde los exóticos tuk-tuks a los imprescindibles Taxi-boats, si es que queremos disfrutar de una de las vistas más impresionantes de la ciudad desde el río.
Hoy, sin embargo, vamos a quedarnos con los taxis convencionales, esos que encontramos en casi todas partes del mundo y que en Tailandia son cómodos, modernos y muy baratos, con respecto a otros puntos del planeta.
Lo más característico de los taxis de Bangkok es su extremo colorido. La paleta de colores se viste de lujo para pintar este servicio de coches, lo que ambienta muchísimo el paisaje urbano de la ciudad.
Los taxis más numerosos son los de color fucsia y también los bicolor (verde y amarillo). Son precisamente estos dos servicios los que más presumen de taxímetro, un aparato que intentarán no conectar. El obligarles a hacerlo o tomar otro vehículo, dependerá de nosotros y nuestro deseo de regatear o no.
En algunos trayectos el negociar el precio del viaje con anterioridad puede tranquilizarnos cuando estemos dentro de los cabs, ya que si algo tiene Bangkok que resulte desesperante es la intensidad de su tráfico. Por lo demás, el servicio de taxis suele ser seguro y cómodo, los taxistas muy amables y, como casi siempre, propensos a los rodeos.
Resulta útil llevar la dirección en tailandés, que puedes conseguir que te escriban en el hotel, porque pocos hablan otro idioma y, si llevas GPS en el smartphone no está de más que les muestres el camino, así te evitarás que te paseen por media ciudad. Por cierto, diviértete con la decoración de algunos interiores, dignos del mejor Pedro Almodóvar de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’.