Es un día cualquiera en uno de los mercados callejeros más visitados de Tailandia. La afluencia de público es sobre todo el resultado de la curiosidad que suscita en los turistas llegados desde todos los puntos del planeta. Es el momento de tomar una de las fotografías más  inusuales de cualquier álbum de viajero. Llega el tren al Mercado de la Muerte de Maeklong.

No se trata de la belleza de sus instalaciones, tampoco de la arquitectura del entorno, ni siquiera tiene que ver con el tipo de productos típicos de la zona. Los visitantes llegan para comprobar si la fama del mercadillo tailandés obedece a una leyenda urbana o si realmente es cierto cuanto se cuenta.

Realmente lo es. El Mercado de la Muerte de Maeklong es atravesado por las vías de un tren activo que casi una decena de veces a lo largo de la jornada, interrumpe las transacciones cotidianas. El tren irrumpe por el centro del bazar y no es en sentido figurado. Los vendedores poseían las licencias antes de que se realizara el tendido ferroviario y el ferrocarril lleva 30 años haciendo su recorrido, desde entonces, por la mitad del mercadillo.

Los vendedores deben ser rápidos. En cuanto oyen el resuello pesado de la maquinaria que se acerca, recogen a toda velocidad sus puestecillos y tenderetes, sus mercancías, sus objetos, sus productos, las lonas y toldos que les protegen del sol… Unos minutos después, tras el paso del tren ante sus mismas narices, los vendedores vuelven a disponer sus puestos hasta la próxima llegada del tren.

Quien quiera observar este curioso ‘espectáculo’, deberá trasladarse hasta Maeklong, una localidad a unos 70 kilómetros al sur de Bangkok.

Fotografías de calflier001, Chrissy Olson.
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