Nos vamos hacia el Golfo de Tailandia, concretamente hacia una pequeña ínsula de apenas 21 kilómetros cuadrados que, en pocas décadas, se ha convertido en uno de los destinos favoritos de millones de mochileros de todo el mundo. La razón es bien sencilla y se trata de una combinación de precios económicos, tranquilidad y paisajes alucinantes.
Isla Tortuga, que eso es lo que significa su nombre tailandés Koh Tao, estuvo deshabitada hasta bien entrado el siglo XX, excepcionando los casi tres lustros que la zona fue usada como prisión política, desde 1933 a 1947. Salvo en ese período, la islita apenas si era utilizada para otros fines que no fuese el abrigo de las tormentas para pescadores sorprendidos por el mal tiempo.
Fue a partir de los años 50 del siglo pasado, cuando esos pescadores comenzaron a instalarse con sus familias, provenientes de la cercana y un poco mayor Koh Phangan. No fue hasta los 80 cuando los viajeros por el sudeste asiático descubrieron Koh Tao y la isla sufrió una transformación casi inmediata.
La economía de la zona cambió radicalmente, enfocando todo su potencial hacia la explotación de esa veta turística, con lo que se adecuaron instalaciones y se abrieron comercios y establecimientos hoteleros. No obstante, Koh Phangan han seguido manteniendo sus precios, lo que unido al encanto de sus habitantes, continúa contribuyendo al hechizo que sigue ejerciendo sobre el turismo de mochila.
La mejor forma de recorrer la isla, en la que aún quedan bastantes playas semisalvajes, es en moto o en bici, porque no olvidemos que estamos en Tailandia. Sin embargo, para acceder a algunos puntos de Isla Tortuga, te verás obligado a contratar los servicios de un Bote-Taxi o a pactar trayectos con pescadores de la zona, para que te lleven a los lugares sólo accesibles a través del mar. La experiencia resultará muy agradable.
La otra cara de Koh Tao la presenta el turismo de buceo, ya que la riqueza de sus fondos marinos es el reclamo para buceadores de todas partes del mundo.