Jimbolia es una población que está en el condado de Timiş, en el occidente de Rumania, y que tiene una extensa historia, que se ve en sus calles más antiguas, donde los turistas tienen la oportunidad de ver algunas joyas de la arquitectura. Esta población está a casi seiscientos kilómetros de Bucarest, capital del país, por lo que llegar hasta allí puede tomar un poco más de seis horas, aunque valen la pena.
Esta población se encuentra en las Planicies Banat, entre los campos que están en medio de los ríos Mures y Timis, en donde hay otras villas que son un poco más pequeñas. La ciudad está en medio de algunas rutas que son las que comunican a Rumania con Serbia, tanto en tren como mediante autovías, lo que ha hecho que en décadas recientes se popularice tanto entre los locales como en los de los países vecinos, por las facilidades para llegar hasta allí.
Jimbolia tiene un lado muy cultural que encanta a muchos de los visitantes que prefieren esta clase de planes. A ellos les recomiendo visitar el Museo Stefan Jäger, llamado localmente como Muzeul Ştefan Jäger, que está dedicado al pintor local que es admirado local e internacionalmente por mostrar a través de su obra partes de la comunidad de Suabos del Danubio a la que pertenecía.
También allí se recomienda ir a diversos puntos que tienen importancia artística, decorativa e histórica, como son la antigua estación de trenes que tiene un estilo que es muy representativo de esta parte del país, así como las iglesias que datan de diferentes siglos y aún conservan su belleza, construcciones de estilo de los Suabos del Danubio y hasta la estatua de San Florián, que es el símbolo de la ciudad.
Fotografías de Radufan.