Uno de los grandes atractivos de Rumania es el conde Drácula, por eso existen varios lugares que hacen alusión a esta leyenda y que son de los más visitados por los turistas de todo el mundo. Si te interesa ir a ver un poco el misterio de estos sitios te invito a ir al Castillo de Bran que está en esta ciudad del mismo nombre, en el centro del país.
Este sitio está cerca a la ciudad del mismo nombre y de Braşov, en la frontera entre Wallachia y Transilvania, siendo un monumento nacional y gran atractivo de Rumania. Aunque en este lugar ya existían construcciones desde el siglo decimotercero, la construcción que puedes ver en la actualidad data del decimocuarto, aunque fue modificado y renovado a través de los años.
El Castillo de Bran es comúnmente conocido como el “Castillo de Drácula“, aunque hay otros que compiten por ese título, aunque no hay evidencia que el escritor de la novela tuviera conocimiento de este lugar. Se dice que el autor ni siquiera vio algún castillo en la cima de una montaña, sino que se lo imaginó en el monte Izvorul Călimanului a 2.033 metros de altura y que está en Transilvania.
Este castillo logró unir materiales como madera con la roca que era traída de otras partes del país y fue hecho con objetivos de comercio y protección, siendo en realidad una ciudadela. En ella existían dos murallas de protección hechas de piedra y de ladrillo, de las que sobreviven solo algunos trozos hasta el día de hoy.
En la actualidad, todo este lugar está abierto a los turistas y en él tienes la oportunidad de ver algunos objetos, muebles y arte de la reina María de Rumania. Por él puedes hacer un tour guiado que te lleva por todos los rincones de este sitio y te cuenta toda su historia, aunque también puedes recorrerlo por tu cuenta, y aprovechar para disfrutar de las vistas panorámicas, su naturaleza y sus detalles.
Fotografías de Horia Varlan, Mark Ahsmann, LibertinaGrim.