Praga es la capital y la ciudad más grande de República Checa, y aunque es un excelente destino para visitar durante todo el año, tiene una magia especial en los meses de invierno. Ya Franz Kafka hablaba de los encantos de esta ciudad que siempre hacían que quisiera volver, y esto es lo que viven los turistas que van en el invierno y se dejan conquistar por sus colores y por ambiente único.
Unos cuatro millones de turistas pasan por esta ciudad cada año, pero la mayoría lo hacen en los meses de verano, cuando su clima es más cálido y hace más fácil caminar por sus calles. Pero los que van en el invierno, no sólo han descubierto que todo brilla como si fuera un diamante debido a la nieve y el hielo, sino que también es más fácil de visitar todo porque no hay tanta gente.
Praga es toda una ciudad de postal de navidad, con sus edificios antiguos cubiertos de nieve y las calles con luces amarillas que sólo añaden a la atmósfera. Es casi seguro que si viajas en el invierno, encontrarás nieve y un clima muy frío, por lo que puedes aprovechar para disfrutar de las varias pistas de patinaje sobre hielo que se ponen en varios de sus distritos.
Uno de los mayores atractivos que puedes visitar en estos meses es el Mercado Navideño, que está puesto desde finales de noviembre hasta principios de enero, y en donde puedes experimentar una hermosa atmósfera de temporada. Puedes hacer compras para la Navidad, oler y probar diversos postres, calentarte con un vino caliente y escuchar diversos grupos cantando villancicos.
Este mercado se encuentra en la Plazoleta del casco antiguo y en las calles de los alrededores puedes visitar otras tiendas en donde venden regalos para esta temporada y cafés muy acogedores en donde puedes protegerte un poco del frío gracias a una bebida caliente. Y si estás allí en Año Nuevo, no te pierdas tomar un crucero por el río, para ver los juegos pirotécnicos en todo su esplendor.
Fotografías de zbdh12, (rinse), araqnid, Friar’s Balsam, charley1965.