Resulta un poco paradójico, pero ahí precisamente reside el encanto de Kazimierz, el viejo barrio judío de Cracovia reconvertido en bastión del ocio vanguardista y moderno. Es un lugar que respira ganas de pasarlo bien y un encanto de lo más snob, pero detrás de esa fachada incluso un poco frívola, las paredes hablan de historia.
Kazimierz fue barrio judío durante cientos de años, concretamente desde el siglo XIV. La historia acabó por la salvajada criminal de Adolf Hitler y su cruzada aria durante la II Guerra Mundial. Precisamente la reconstrucción de ciertos edificios históricos es el legado que el Kazimierz actual pretende preservar para el futuro.
No obstante, junto a ese barniz de historia pura y dura, convive la bohemia cracoviana. Artistas, estudiantes, jóvenes… todos ellos conforman un mundo especial en el que los bares con cartas de vodka y música actual son vecinos de antiguas sinagogas.
Tanta historia se refleja en el ambiente y la decoración de los lugares de ocio y bares de copas, iluminados con mucho encanto y ambientados con objetos de fuerte peso cultural. Como no podía ser de otra manera, en muchos de estos lugares podéis degustar bebida y comida kosher y disfrutar de imponentes vistas hacia lugares monumentales de la ciudad.
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