La Basílica de San Francisco se encuentra ubicada en la ciudad de Asís, en la región de Umbría, en el centro de Italia, que es espectacular tanto por su arquitectura y diseño, como por la espiritualidad que aún muchos viven en ella. Este sitio es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 2000 y allí se le rinde culto a San Francisco y su vida de pobreza y espiritualidad.
El santo falleció en esta ciudad italiana en el año de 1226 y dos años después el sitio para construir la iglesia en su honor fue donado. El templo tiene dos plantas, la parte de abajo es llamada la Basílica Inferior que es oscura y se dice que representa la vida de penitencia de este santo, mientras que la parte de arriba es la Basílica Superior, que es de mayor tamaño y más iluminada, y fue terminada en el año de 1239.
En una colina que se encuentra en la parte alta de la ciudad de Asís se puede ir a visitar la Basílica de San Francisco y desde su parte exterior se puede ver el tamaño y la belleza arquitectónica de este templo. En una visita allí, primero se puede ver la parte inferior, que parece una cripta y que tiene sus paredes cubiertas por pinturas al fresco que pertenecen a artistas de la escuela de Siena, en los que se ve la vida del santo en paralelo a la de Jesús.
En esta parte de la iglesia hay un gran altar que tiene unos mosaicos y unas columnas muy delicadas, que tienen trozos de mármol que al parecer fueron traídos de Constantinopla. Después se puede pasar a la iglesia más alta, que contrasta mucho con la primera, porque su interior es muy iluminado, lleno de colores, y con un estilo gótico italiano.
Allí adentro se pueden ver símbolos de los Cuatro Evangelistas y algunas partes de un mosaico de oro que existía en el templo en el pasado. Muchos llegan hasta allí también para ver su arte, entre el que se destacan los frescos de Cimabue que tiene escenas de los evangelios y de la vida de virgen María. También son reconocidos los frescos de Giotto, que muestran la vida de San Francisco de Asís.